Cuando nacía éste Blog hace ya algo más de un año, lo hacía con la idea de que sirviera de punto de encuentro y compartir de las Enfermeras de Quirófano; convencida de que la Cultura Colaborativa y el Sumar es lo que nos hace Aprender unos de otros y crecer profesionalmente. Por eso es todo un honor para mi, poder abrir sus puertas para que Miguel Ángel Díaz Sánchez @migandiaz nos hable sobre un tema que seguro que en más de una ocasión habréis escuchado en el día a día de quirófano y que en mi caso, también lo ha sido en los diferentes puntos de encuentro con Enfermeras de Quirófano a los que he podido asistir durante éste año.
¿Es seguro para nuestros pacientes utilizar el móvil en el quirófano? ¿Se trata de una fuente de contaminación? ¿Provoca distracciones durante las intervenciones quirúrgicas? Para responder a éstas preguntas nada mejor que el post de colaboración de Miguel Ángel, el cual espero que os guste tanto como a mi.
Mi nombre es Miguel Ángel Díaz Sánchez. Terminé mis estudios de diplomado en Enfermería en 1994 y desde entonces he realizado mi trabajo en UCI, Reanimación, Diálisis, plantas de hospitalización y Quirófano. En el año 2004 se inaguró el hospital universitario de Fuenlabrada, y entré a formar parte de su plantilla desde ese momento en el bloque quirúrgico. La mayoría de las veces desarrollo mi trabajo en el quirófano de Traumatología, que es la especialidad que más me gusta.
Soy de los que piensa que además de la parte técnica de nuestro trabajo, es importante que sigamos haciendo crecer nuestro cuerpo científico: seguridad del paciente, investigación, práctica basada en la evidencia, etc….nadie dijo que fuera fácil, pero andemos el camino, aunque sea a pasitos cortos, merece la pena. Y todavía más importante, seguir haciendo crecer el factor humano, del que a veces nos alejamos por la presión asistencial a la que nos vemos sometidos. Suscribo al 100% la frase de Charo Merino : «Cuidar como nos gustaría que nos cuidaran y si es con una sonrisa mejor», y para ello todas las herramientas disponibles son necesarias.
Y resultado de estos objetivos, es la comunicación que presenté al XVIII Congreso de AEETO que se celebró en abril de este año en la ciudad de León, la cual obtuvo el premio a mejor Comunicación Oral y de la que os hago un resumen. ¡Espero que os guste!.
USO DEL SMARTPHONE EN QUIRÓFANO
Desde hace unos años el smartphone es un complemento más que nos acompaña a todas partes. Los teléfonos móviles llegaron con fuerza hace ya casi 25 años, pero fue a partir del 2008, con la llegada del primer iPhone, y luego el sistema Android, cuando convertimos al teléfono “inteligente” en parte indispensable de nuestras vidas, o como tal lo hemos integrado. Nos permite estar conectado con cualquier parte del mundo de manera instantánea, y las opciones con unos cuantos toques de pantalla es amplísima: compras, audio y video en streaming, redes sociales, almacenamiento en nube, banca electrónica… por citar unas cuantas.
Por supuesto dentro de ese abanico está nuestro día a día profesional. Es un compañero más, dentro de nuestro bolsillo. Consultamos técnicas quirúrgicas, guías clínicas, los cirujanos nos piden que tomemos fotos de algún hallazgo quirúrgico, enviamos notificaciones a esterilización o mantenimiento a través del correo electrónico, etc…
Se lleva tiempo diciendo que el uso del smartphone está cambiando las relaciones humanas. Pero, ¿influye que lleve uno conmigo en el trabajo?, ¿afecta a mi desempeño profesional?. Una simple observación en el día a día dentro de quirófano ya nos da algunas pistas: se coge demasiadas veces, no siempre con las medidas higiénicas adecuadas, ¿es una fuente de contaminación bacteriana?; al sonar cualquier notificación enseguida se consulta la pantalla y se roba atención a lo que se estaba haciendo en ese momento, ¿produce distracción en el equipo quirúrgico?.
Realizamos revisión bibliográfica, y además encontramos también información relacionada con la privacidad del paciente y el uso de RRSS con fines profesionales. Después de haber procesado la información obtenida, ¿podemos aportar algo nuevo?.
Empecemos con el SMARTPHONE como FUENTE DE CONTAMINACIÓN BACTERIANA.
Ya hay estudios en 20071 y 20092 que hablan sobre el impacto de los teléfonos móviles en este tema antes del auge posterior del teléfono inteligente.
Skakir et al.3 documentan la frecuencia de la contaminación bacteriana de estos aparatos en quirófano e intentan comprobar si un protocolo de desinfección estandarizado disminuiría esta tasa, aunque no encuentran pautas universales aceptadas para su desinfección. Toman muestras de los dispositivos antes de la desinfección (que se realiza con toallitas de alcohol isopropílico al 32%+detergente) y el 83% tiene bacterias patógenas, presentando sólo el 8% después de haberla realizado. Pasada una semana se recogen muestras de nuevo y volvemos a tener porcentajes de flora patógena similares a los del punto de partida. Murgier et al.4 retoman lo anterior y revisan varios métodos de desinfección o limpieza que no dañen el dispositivo al realizarla: solución al 0.25% de Surfanios® Premium, el anterior de alcohol isopropílico al 32%, toallitas de isopropilo al 70%, paño de microfibra sin sustancia activa. Con todos ellos se reduce la carga bacteriana en más del 80%.
Chang et al.5 intentan relacionar en profesionales sanitarios que trabajan en quirófano la colonización bacteriana de sus smartphones con la de sus fosas nasales y mano dominante. Observan que los patógenos se aíslan con mayor frecuencia en fosas nasales, seguido del teléfono móvil y la mano dominante. Nuestro viejo conocido el Staphylococcus aureus (SA) es el que se halla con más frecuencia. Hay una cantidad importante de portadores de SA en fosas nasales o mano dominante, que tienen la misma cepa en sus teléfonos.
Ninguno de ellos son concluyentes, pero los resultados que nos ofrecen dan que pensar. Las recomendaciones que nos dan son muy parecidas e insisten en lo mismo: limpieza regular del teléfono (aunque no hay un estándar aceptado por todos), una buena higiene manos antes y después de manipular el dispositivo y establecer una reglamentación sobre su uso en quirófano.
Seguimos con el SMARTPHONE como FUENTE DE DISTRACCIÓN EN QUIRÓFANO.
En 2015 se realiza una encuesta un total de 955 participantes al equipo que interviene en la anestesia (Pinar et al.6 ), donde un gran porcentaje (93,7%) respondió que utilizaban el teléfono para uso personal durante la atención al paciente, pero nunca o rara vez en momentos críticos de la anestesia. La mayoría también dice que nunca se distrajeron con el dispositivo, pero casi la mitad de los encuestados había visto a su compañero en esa situación alguna vez. No deja de resultar curioso que no se tenga claro lo que es una distracción y lo que no lo es.
En la universidad de Ámsterdam, Sergeeva et al.7 realizan un estudio cualitativo con el objetivo de identificar los efectos del uso de móviles inteligentes por enfermeras de quirófano y cómo el trabajo en equipo puede verse afectado por la distracción que producen. Proporcionaron dispositivos para utilizar en actividades relacionadas con el trabajo, pero con unas pautas de control mínimas para las no relacionadas con él. Después del periodo de observación, se las entrevistó y se las pasó una encuesta. El papel de la enfermera instrumentista señala tres puntos respecto a la posible distracción del circulante por el uso del dispositivo: distracción en las tareas clínicas básicas, en la colaboración con el equipo y en el aprendizaje práctico. Que difiere totalmente de lo que alega la otra parte, la enfermera circulante: no hay que salir del quirófano a buscar un ordenador, su uso se asimila como una actividad normal y la habilidad multitarea que es necesaria para desempeñar el trabajo y atender al dispositivo ya está adquirida.
Siguiendo este hilo, Snoots8 habla de establecer políticas con el objetivo de concienciar al personal sanitario sobre las distracciones del uso del smartphone y su efecto en la seguridad del paciente. Expone que la dependencia psicológica que hemos desarrollado con estos dispositivos es un comportamiento similar a una adicción, e insiste en implementar políticas de regulación en los centros de trabajo, para que no repercuta de manera negativa en la seguridad del paciente. En EEUU las demandas legales han aumentado en relación con el uso de los teléfonos móviles en la asistencia sanitaria; la huella electrónica que generamos puede ser utilizada como evidencia en una demanda. También hace referencia al sonido de nuestros móviles por el disconfort acústico que producen, tanto al paciente como al resto de los profesionales.
A pesar de todo lo expuesto, y a falta todavía de más evidencia científica, organismos y asociaciones internacionales no sugieren una restricción total de su uso.
Y por último ¿CÓMO INFLUYE el uso del SMARTPHONE EN QUIRÓFANO A LA PRIVACIDAD DEL PACIENTE Y EL USO DE RRSS CON FINES PROFESIONALES?
Cuando las organizaciones sanitarias tienen políticas de redes sociales definidas, con límites claros sobre lo que pueden compartir, se están evitando muchos problemas legales, es lo que nos cuenta Fillipo9. Pone ejemplos de situaciones, en las que sin hacerlo de una manera deliberada, se vulnera la confidencialidad del paciente: fotografía de trabajo en quirófano realizada con teléfono móvil subida a redes sociales y que incluye información del paciente en una pantalla de ordenador; enfermera que publica en redes aspectos sobre una cirugía difícil en la que participó, sin facilitar información del paciente, pero pudiendo ser identificado por los detalles. En EEUU cada día organizaciones profesionales y hospitales van definiendo políticas y guías de actuación.
Pablo Sánchez @PauMatalap autor del blog Enfermería Tecnológica tiene varias entradas10,11 sobre el tema. Nos cuenta que es una herramienta potente a nivel profesional, pero que puede volverse contra nosotros. La inmediatez de tener internet en el bolsillo del uniforme nos ha llevado al “postureo” en RRSS en horario de trabajo y eso puede conllevar repecursiones legales. Consulta con un especialista en derecho sanitario, que nos dice que la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias y la Ley del Estatuto Marco pueden verse vulneradas en varios artículos en estas situaciones.
Las enfermeras podemos y debemos usar las redes sociales en un entorno profesional; con seriedad, protegiendo la confidencialidad, con un uso correcto de lo publicado y conscientes de las consecuencias que se puedan derivar si no cuidamos estos aspectos.
Entonces, ¿usamos o no usamos el móvil en quirófano? ¿demonizamos su uso en nuestro trabajo? ¿o seguimos utilizándolo sin ningún tipo de restricción? Lo último publicado12 nos señala la dirección de todo lo que hemos expuesto aquí. A falta de iniciativas y protocolos que regulen su uso en quirófano, como todo en la vida, aplicaremos el SENTIDO COMÚN. En la imagen os dejo algunos consejos para que la relación con nuestros smartphones sea mucho más “fructífera” en nuestro día a día profesional.
Espero que os haya gustado este post tanto como a mi; tanto Miguel Ángel como servidora esperamos vuestras aportaciones para que entre todos podamos aprender y seguir creciendo.
Y a tener siempre presente
«Cuidar como nos gustaría que nos cuidaran
y si es con una sonrisa mejor».
Bibliografía:
- Jeske HC, Tiefenthaler W, Hohlrieder M, Hinterberger G, Benzer A. Bacterial contamination of anaesthetists’ hands by personal mobile phone and fixed pone use in the operating theatre. Anaesthesia. 2007 Sep;62(9):904-6. Disponible en: https://doi.org/10.1111/j.1365-2044.2007.05172.x
- Ulger F, Esen S, Dilek A, Yanik K, Gunaydin M, Leblebicioglu H. Are we aware how contaminated our mobile phones with nosocomial pathogens? Ann Clin Microbiol Antimicrob. 2009 Mar 6;8:7. Disponible en: https://doi.org/10.1186/1476-0711-8-7
- Shakir IA, Patel NH, Chamberland RR, Kaar SG. Investigation of cell phones as a potential source of bacterial contamination in the operating room. J Bone Joint Surg Am. 2015 Feb 4;97(3):225-31. Disponible en: https://doi.org › 10.2106 › JBJS.N.00553
- Murgier J, Coste JF, Cavaignac E, Bayle-Iniguez X, Chiron P, Bonnevialle P,Laffosse JM. Microbial flora on cell-phones in an orthopedic surgery room before and after decontamination. Orthop Traumatol Surg Res. 2016 Dec;102(8):1093-1096. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.otsr.2016.09.014
- Chang CH, Chen SY, Lu JJ, Chang CJ, Chang Y, Hsieh PH. Nasal colonization and bacterial contamination of mobile phones carried by medical staff in the operating room. PLoS One. 2017 May 31;12(5). Disponible en: https://doi.org/10.1371/journal.pone.0175811
- Pınar HU, Karaca O, Doğan R, Konuk ÜM. Smartphone use habits of anesthesia providers during anesthetized patient care: a survey from Turkey. BMC Anesthesiol. 2016 Oct 6;16(1):88. Disponible en: https://doi.org/10.1186/s12871-016-0245-7
- Sergeeva A, Aij K, van den Hooff B, Huysman M. Mobile devices in the operating room: Intended and unintended consequences for nurses’ work. Health Informatics J. 2016 Dec;22(4):1101-1110. Disponible en: https://doi.org/10.1177%2F1460458215598637
- Snoots LR, Wands BA. Use of Personal Electronic Devices by Nurse Anesthetists and the Effects on Patient Safety. AANA Journal [Internet]. 2016 Apr [cited 2019 Feb 1];84(2):114–9. Available from: http://search.ebscohost.com/login.aspx?direct=true&db=ccm&AN=114334340&lang=es&site=ehost-live
- Fillipo S, Fencl JL. Social Media in the OR: More Than Just Cell Phones. AORN J. 2016 Jan;103(1):111-6. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.aorn.2015.10.019
- Sánchez Ballesteros P. Enfermería Tecnológica [Internet]. Pablo Sánchez Ballesteros; n.d- Luces y sombras de la e-salud y las Redes Sociales; 7 de enero de 2019 [citado 14 de julio de 2019]; [about 1 screen]. Disponible en: https://enfermeriatecnologica.com/luces-y-sombras-de-la-e-salud-y-las-redes-sociales/
- Sánchez Ballesteros P. Enfermería Tecnológica [Internet]. Pablo Sánchez Ballesteros; n.d- Cuidado con el postureo; 3 de julio de 2019 [citado 14 de julio de 2019]; [about 1 screen]. Disponible en: https://enfermeriatecnologica.com/cuidado-con-el-postureo/
- Bidone S, Baldina V, Di Pietrantonj C. The ubiquitous use of the mobile phone in operating rooms: what we know about the risks and what can be done. Assist Inferm Ric. 2019 Oct-Dec;38(4):165-173. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1702/3273.32393